Hace ya una semana que en R. Dominicana no hace más que llover. Parece que todo está tan triste que ni el sol se atreve a mostrarse.
Es curioso que cuando hace mucho que no llueve, el cuerpo, el alma y el corazón se alegren por esa agua bendita...y cuando no deja de llover, esta misma alma se empapa de lágrimas...
Que bueno salir a la calle y dejarse mojar por esa agua...que llena los poros de vida.
